Pilares

 

 

1. Al igual que la Iglesia primitiva EL EVANGELIO como signo preciso que delinea un camino claro y garante hacia la salvación

 

2. Amor a la perfecta expresión del Amor de Jesucristo por el hombre “LA SANTA EUCARISTÍA”, siendo el vital alimento que nos nutre y anima al bien obrar, disminuye nuestras pasiones pecaminosas y nos comunica la fuerza de su amor.

 

3. Quién mejor como modelo de fiel discípulo: su Santa y Bendita Madre “VIRGEN MARÍA”, que en su vientre prepara una nueva gestación de virtudes para alcanzar adherirnos, disponernos y desentrañar lo que Dios propone en cada momento de nuestra vida, atrayendo e induciendo en nuestro interior la obediencia: “Haced lo que Él os diga”.