Ministerio de Servicio
“El mayor de ustedes es el que sirva a los demás” (Mateo 23,11)
Hay diversas cualidades, que más que capacidades, son gracias y dones que Dios otorga para que su pueblo le sirva con fidelidad, entrega, justicia, rectitud y amor.
Así es, que los dones no son siempre conocidos, y muchos de ellos los poseen, pero pasan desapercibidos.
Este ministerio es una de esas capacidades que no son bien conocidas y en la mayoría de los casos pasan desapercibidas, pero ante Dios obtienen la misma importancia y son de igual eficacia que las mencionadas anteriormente.
Para su desarrollo no se necesita más que amor, para su ejecución sólo es necesaria la intención, y para que sea eficaz es indispensable la oración.
La virtud del servicio acompañó a nuestra Madre a hacer de su vida la voluntad de Dios. Y bien claro escuchamos de nuestro Señor, que no ha venido a ser servido, sino a servir; y no podemos olvidar que estas palabras las dirigió el mismo Dios.
Que este ejemplo defina entonces el ministerio de servicio, que para ser de Dios, debe obrar como sólo Dios obró.